Aproximadamente desde el siglo VIII, Java estuvo en el corazón de una serie de poderosos imperios hindúes y budistas que construyeron magníficos templos y sólo cayeron en declive con la eventual conversión de Indonesia al Islam en los siglos XV y XVI. Los sultanatos islámicos, a su vez, enfrentaron la represión de los holandeses en su búsqueda por el control del lucrativo comercio de especias, pero hoy en día todas estas influencias se combinan para crear la Java moderna, una isla que ha acogido todas estas culturas y su rico legado arquitectónico.