La pasión por los viajes de antaño se ha convertido en la pasión por los viajes de hoy. Las restricciones sociales y las prohibiciones de viaje que hemos vivido recientemente han hecho que el deseo de viajar sea mucho mayor. Si necesitas algo de inspiración, ¡has venido al lugar correcto! ¿Por qué no visitar uno de los tesoros de la madre naturaleza, la isla de Komodo?

A fines de 2019, el gobierno de Indonesia otorgó un contrato de remodelación para el aeropuerto de Labuan Bajo en Flores para el desarrollo de "la puerta de entrada a la isla de Komodo".

Komodo y las vecinas islas de Rinca y Padar conforman el Parque Nacional de Komodo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y hogar del dragón de Komodo. No sólo protege la fauna terrestre, sino que también protege el entorno marino rico en manglares, pastos marinos y corales. 

Hablando agua y de playas, dejemos de lado las serenas playas de arena blanca de Bali por un segundo para apreciar la sorprendente belleza de la playa de la isla de Komodo, llamada Pink Beach, o conocida como Pantai Merah por los lugareños. En esta playa, la arena rosa brillante contrasta a la perfección con las fascinantes aguas turquesas. La arena debe su color único a una especie de microorganismos, llamados foraminíferos, que producen hermosos pigmentos rojos en los arrecifes de coral. Si la observas desde muy cerca, es posible que incluso encuentres pequeños fragmentos de coral que hayan sido lavados.

Si bien la playa en sí es impresionante, ¡no te detengas allí! Date un chapuzón en el agua y rodéate de una abundante variedad de fauna marina. Hogar de una variedad de especies de corales y peces, Pink Beach es el lugar perfecto para practicar esnórquel o incluso bucear si eres un poco más aventurero.

Se han avistado más de 14 especies de ballenas y delfines en las aguas más profundas, mientras que resplandecientes cardúmenes y dugongos surcan las aguas poco profundas. En muchos lugares, el coral cubre casi por completo el fondo del mar en alfombras de corales de copa naranja y nubes espumosas de corales de cuero. Un sitio de buceo popular, el canal de Manta Point frente a la costa noreste de Komodo conecta los océanos Índico y Pacífico Sudoccidental, creando un hábitat rico en plancton que atrae a las mantarrayas de arrecife.

Te recomendamos que se base en Labuan Bajo, en Flores, desde donde nuestros especialistas en Indonesia te pueden organizar una travesía en barco para disfrutar un recorrido por Komodo y las islas circundantes. Alternativamente, puede optar por alguno de los yates o goletas que surcan estas aguas a modo de crucero.

Acompañado por un guardabosques local, puedes caminar por los senderos que atraviesan la isla con la esperanza de ver al dragón de Komodo. Si bien pueden medir hasta 3mt de largo, sus escamas de color piedra combinan con el suelo polvoriento del bosque de sabana de la isla por lo que tendrás que estar muy atento en algunos momentos para distinguirlos.

Al ir acompañado por el guardabosques, podrás conocer más sobre los dragones, desde su capacidad para reproducirse partenogenéticamente hasta sus tendencias caníbales.

Si bien los dragones llaman la atención, no viven aquí solos. Es posible que vea ratas endémicas, ciervos de Timor y el matorral de patas naranjas que siempre se ve sorprendido. 

Si subes a la cima de Gunung Satalibo, el pico volcánico más alto de la isla, pasarás a través de matorrales y escarpados cuasi bosques nubosos hasta ser recompensado con vistas de toda la isla y el mar de Flores.

El Parque Nacional de Komodo es también el hogar de gente local muy amigable, aldeanos que estarán más que dispuestos a darte un recorrido por la isla y sus alrededores. Es una buena idea pasar uno o dos días con ellos y aprovechar la oportunidad de experimentar su forma de vida, desde la pesca hasta la creación de artesanías en la playa!