Estamos ante un conjunto arquitectónico en el estado indio de Madhya Pradesh, que ocupa un espacio de más de veinte kilómetros cuadrados, construido en algo más de cien años, originalmente albergaba más de ochenta templos, de los cuales han llegado veintidós hasta nuestros días. Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1986.
Las construcciones tienen un estilo muy similar entre sí, están hechas de granito y piedra arenisca, las esculturas que los adornan, además de representar divinidades hindús, también nos muestran momentos de la vida cortesana, se muestran bailes y seres tocando instrumentos musicales, varios techos están decorados con motivos geométricos y florales, para romper la monotonía de las figuras humanas se puede observar esculturas de animales.
Un punto y a parte son las escenas eróticas representadas. Según algunos estudiosos, se considera que fueron hechas con motivos pedagógicos, su fin era enseñar el Kama Sutra (primer tratado sexual). La ciudad que alberga todos estos templos es Khajuraho, una pequeña urbe ubicada en el estado Madhya Pradesh en la India. Los templos construidos, extrañamente alejados del Ganges, sobrevivieron gracias a esa distancia a la destrucción musulmana.
Durante el tiempo en que los mogoles ocuparon ese país se dedicaron a destruir toda muestra de cultura hinduista, quizás por considerar esas expresiones como muestras de sedición y paganismo, alejándose de sus preceptos religiosos, clara muestra de la forma de pensar de aquellos tiempos, no pasaba por su mente conservar y apreciar el arte, sino hacer desaparecer cualquier vestigio de los derrotados.
El nombre de esta localidad proviene de la palabra de origen hindi kajur, en español sería algo así como palmera. Khajuraho fue considerada capital religiosa por los Chandella, dinastía que gobernó en el pasado el territorio hindú. El conjunto de templos se mantuvo escondido durante muchos años, oculto por una selva tupida, fruto del abandono del recinto, hasta que fue redescubierto por los británicos en el siglo XIX, quien tuvo el honor de pasar a la posteridad por ese hecho fue el capitán de la Royal Bengal Engineers, T.S. Burt, persuadido por sus sirvientes indios para efectuar el viaje. Era reticente a embarcarse en esta empresa por considerar que en ese lugar remoto no había nada de interés.
Este conglomerado de edificios está divido en tres grupos: este, oeste y sur, siendo los del grupo oeste los más importantes y llamativos.
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