El nombre de una ciudad o monumento, en sí mismo, no nos dice nada cuando lo leemos en un libro, guía o folleto, es un apelativo más de un sinfín de topónimos que podemos ver, sin embargo, cuando nos comenzamos a empapar adquiere sentido, la empatía aparece y se inicia el proceso mediante el cual seguiremos recabando información.
En la ciudad de Agra, en la India, se encuentra el Taj Mahal, esta gran maravilla arquitectónica, única e irrepetible, y aunque esta construcción es en la que se centran todas nuestras expectativas a la hora de viajar a la India, a veces deberíamos seguir recorriendo los lugares cercanos y no centrarnos únicamente en lo más popular.
Hay más localidades que se pueden visitar, si les damos una oportunidad nos gratificaran de buena manera, haciéndonos sentir que valió la pena llegar allí. Considero que, a veces, es bueno salirnos de esas rutas delimitadas. En este proceso de buscar lugares algo desconocidos podemos dirigirnos a Sikandra, una pequeña localidad ubicada a tan sólo unos diez kilómetros de Agra, famosa por sus grandes extensiones de jardines por los que se pasean a sus anchas monos y ciervos que no tienen el menor reparo en acercarse a quienes los observan para reclamar comida. En esta ciudad es donde podemos visitar el gran Mausoleo de Akbar.
Akbar «El Grande» inició su construcción en el año 1605, y fue concluido por su hijo Jehangir algunos años más tarde, entre 1612 y 1614. Es una obra que representa el alto nivel y calidad de la expresión arquitectónica de la cultura mogól en la India, se considera una joya de las construcciones islámicas.
Este enorme espacio abarca cerca de 48 hectáreas, destinadas a resguardar los restos del monarca, su tumba se encuentra en el mismo centro, se llega a ella después de recorrer un largo y estrecho pasillo, muy descuidado, al igual que el sitio central donde está enterrado este famoso emperador mogol. El exterior es lo más impactante, su fachada tiene un conjunto de inscripciones realizadas por Amanat Khan, su ubicación es tal que se podría decir que se encuentra en el centro de un enorme jardín, un jardín celestial si queremos ser más románticos. Su estructura es una mezcla de estilos arquitectónicos y una combinación de colores rojos y blancos procedentes del gres y del mármol, elementos característicos en las construcciones de esta zona, en su conjunto podemos observar la grandeza y la fastuosidad de su diseño, siendo un lugar que nos causará una grata sorpresa. Cerca de la tumba de Akbar, en su lado este, podemos observar el Kanch Mahal, construcción de la misma época, y destinada a las mujeres del harén.
Como dato curioso os puedo decir que el monarca Akbar «El Grande» es el abuelo de Sha Yahan, monarca que mandó construir el Taj Mahal.
Dentro de todas las posibilidades de visitar lugares mágicos, asombrosos y reconfortantes, este mausoleo es un espacio en el que podremos admirar la forma de ver el mundo de los que lo construyeron, personas que, en su época, defendían la libertad de culto, encontrando en cada una de sus expresiones su manera de percibir la naturaleza.
Como al principio se comentaba, merece la pena que hagamos una pequeña parada en Sikandra, antes de adentrarnos en Agra. Encontraremos elementos que nos harán asombrarnos ante esta gran expresión artística.
Para más información sobre este monumento de Sikandra, no dudes en contactar con nosotros en este link. Si deseas saber más sobre nuestros recorridos por Agra y Sikandra, puede entrar en nuestro apartado de Viajes a la India.
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