Tibet, los tres grandes monasterios: Drepung, Sera, Ganden
Son tres enormes construcciones, legadas por un pueblo que no deja de asombrarnos, pertenecientes a la escuela Gelugpa del budismo, forman parte del legado histórico del Tíbet. Son los Monasterios de Drepung, Sera y Ganden, ubicados en las proximidades de la ciudad de Lhasa.

Como viajeros que no escapamos a la aventura, seguimos el sendero que nos van indicando los peregrinos. Adentrándonos en estos monasterios, podremos observar a los monjes realizando sus actividades diarias, almorzando, tomando su particular té de mantequilla de yak o manteniendo animados debates; en algún momento, estás construcciones no fueron ajenas a la invasión que se produjo en este país por parte de sus vecinos chinos. Para los más puristas, estos templos perdieron valor al ser vigilados por el nuevo y no deseado gobierno, para otros, sin embargo, son un lugar de resistencia cultural, pretenden ser uno de los bastiones del budismo tibetano.
El Monasterio de Drepung, levantado en el año 1416, está situado en el Monte Gambo Utse, a unos cinco kilómetros de Lhasa. Fue el espacio espiritual de los líderes religiosos antes de la construcción del Palacio de Potala y está considerado como una reliquia cultural nacional.
Su maravillosa construcción nos da una muestra del nivel adquirido en lo que a arquitectura se refiere, los colores utilizados en sus acabados son realmente hermosos, no me imagino este mismo monasterio con otro estilo cromático, combinando sus colores ocres, blancos y dorados.
Es tan impresionante que aquí se llegaron a alojar unos diez mil monjes.
El Monasterio de Sera fue fundado en 1419 e ideado como un gran complejo con construcciones para distintos propósitos, como salones para asambleas y colegios; durante la revuelta de 1959, fue la construcción que más daños sufrió debido a los bombardeos, causando la muerte a cientos de sus ocupantes.
Lo más curioso en este espacio es poder encontrar a los monjes debatiendo, desde fuera podemos sentir la energía de este evento, se percibe en todo el ambiente, es algo llamativo ver la manera en la que tratan de dar respuesta a esas preguntas existenciales que, en algún momento, todos nos hemos planteado.
El Monasterio de Ganden es el más antiguo de los tres, data de 1409 y fue construido por Tsongkhapa, fundador de la escuela Gelugpa, una de las cuatro que tiene el budismo tibetano, a sus monjes se les puede reconocer por sus gorros de color amarillo.
Durante la ocupación del Tíbet por el ejército chino quedó prácticamente en ruinas y a eso se debe su reconstrucción iniciada en 1980, que es la que podemos admirar en la actualidad, de calles amplias es un buen espacio para caminar o disfrutar de las espectaculares vistas del valle.
En estos tres conocidos monasterios podemos admirar toda la grandeza de una cultura como la tibetana. Su sentido religioso y el respeto a su pasado, hacen de estos lugares un espacio diferente, es entrar en otro mundo, no bien se recorre la carretera desde Lhasa, nos damos cuenta que estamos próximos a llegar al ascender por un camino serpenteante.
Como viajeros, debemos visitar estos templos, son también nuestro patrimonio, admirándolos comprenderemos lo emocionante del pasado, si bien, a veces nos sentiremos fatigados por el viaje, todo eso vale la pena, podremos vivir un proceso que influirá en nosotros y nos dará que pensar.
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